domingo, 20 de abril de 2014

Bolantak 2014

Luzaide-Valcarlos, 20 de abril de 2014


Otro año más sin suerte con la meteorología a pesar de coincidir la festividad con un mes de abril ya avanzado. Exceptuando el desfile matinal, todos los demás actos se tuvieron que desarrollar en el frontón.












Esperando la entrada... 




En el frontón...













Los iautziak son danzas de gran belleza plástica que tradicionalmente se bailaron durante siglos en la época de carnavales, coincidiendo con el final del invierno y la llegada de la primavera. Por entonces, la fiesta se llamó Axeri-besta. Según dicen, problemas de participación obligaron a trasladar el festejo al domingo de Resurrección, pasando a denominarse Bolant-Eguna.









Las contradanzas o polkas se bailan en parejas y preceden a la marcha que cierra los bailes. En total son cuatro danzas con melodías de origen centroeuropeo, que se incorporaron en 1968.









El festejo vespertino se diferencia del matutino por la representación final del 'Atxe ta Tupiñak' y algunos bailes que sólo se bailan a la tarde; entre ellos el 'iantza-luze' o 'baile de la pera', que en la localidad vecina de Arnegui recibe el nombre de 'dantza luzia', y que en otros lugares se conoce como 'yantza luze'.

Iantza-luze

Esta danza se bailaba en Luzaide por la fiesta de Santiago, y también en Donibane-Garazi, la capital de la Baja Navarra.
Se trata de una coreografía en la que los bailarines danzan unidos con pañuelos que agarran con sus manos formando una larga fila en la que se alternan los chicos con las chicas. Los que van primero y último portan sendos palos adornados con cintas, que acaban en varias ramas en las que van insertadas las peras, de ahí su nombre en castellano. Aunque veo más apropiado el nombre que recibe en euskera, que traducido significa "larga danza", al ejecutarse formando semicírculos que unas veces se abren y otras se cierran sobre sí mismos originando intersecciones en la formación que los bailarines deben pasar, unos agachando la cabeza y otros elevando los pañuelos por encima de éstas.
El cuadro final lo realizan los portadores de las peras que quedan centrados en la cancha, uno frente al otro, y que tras bailar el último fragmento terminan lanzando las peras al público.











Atxe ta Tupiñak

Los dos personajes que cierran el desfile 'Atxe ta Tupiñak' protagonizarán también el final del evento en el frontón con la representación de una especie de juego que consiste en dar tres vueltas alrededor de la cancha acompañados por un Gorri mientras suena la percusión de una caja que va marcando un ritmo con una cadencia tal que provoca que la tensión en el ambiente vaya aumentando. Es entonces cuando todo el mundo está expectante y pendiente de lo que va a suceder a continuación
Y lo que va a pasar es que al finalizar la última vuelta, Atxe yTupiñ se quedan en medio esperando a los más valientes del pueblo; uno portando el armazón de espinos y el otro vestido con una bata. El reto consiste en ver quién es capaz de quitarles tanto el armazón como la bata, y ellos harán todo lo posible para evitarlo, arremetiendo con las bolas o 'zarpilak' que portan en sus manos al primero que se les acerque.
El juego no está exento de cierto riesgo y alguna que otra magulladura, y en el caso de que uno de los dos personajes caiga al suelo, el Gorri para el juego, y no se continúa hasta que se haya levantado.
La representación finaliza cuando consiguen quitarles el armazón y la bata.
Recuerdo un año que uno de los jóvenes quedó en el suelo inconsciente tras recibir un golpe de una 'zarpila' en su cabeza.


















Fue en la Baja Navarra donde por primera vez los chicos se vistieron con pantalón recto, sin vueltas en los bajos, posiblemente influenciados por los mozos solteros de la Revolución Francesa.
Conjuntando con los pantalones blancos de algodón, lucen camisas blancas con pecheras decoradas por lo general con adornos de bisutería; las más bonitas incluyen cadenas de oro y antiguos y valiosos broches que han pasado de padres a hijos, o de abuelos a nietos.
Cintas de multitud de colores cuelgan de sus espaldas, y desde cuello y hombros caen ceñidos vistosos pañuelos que se complementan con los fajines de color morado anudados a las cinturas.
Boinas rojas con borlas y alpargatas adornadas con cintas completan la vestimenta.











El relevo generacional está asegurado...













 



Músicos...





Fotógrafos...



 


Entre familiares y amigos...